Fin de la odontología:
El fin de la odontología no es sólo
diagnosticar al paciente y curar patología. Si no también prevenir. Por ello,
tanto los Estados usan políticas de prevención para evitar que la población
tenga que acudir continuamente a la consulta. Estas políticas de prevención
están en el colegio, hay campañas publicitarias y también es usado cualquier
canal comunicativo que pueda llegar al ciudadano.
Dicha prevención ha ido modificándose
con el paso del tiempo a base de “ensayo y error”, es decir, las primeras
campañas se podían resumir en “Si no te lavas los dientes se te caerán”. El
individuo al principio se lavaba los dientes, pero poco a poco dejaba dicha
higiene debido a que, comprobaba que no pasaba nada. Con el paso del tiempo
aparecían las enfermedades y la campaña del “susto” no sirvió para nada.
La siguiente estrategia a usar fue ser
más laxos y decirles que no pasaba nada si no se lavaban los dientes unos días.
El final de esta historia es el mismo que la anterior, el ciudadano acababa con
problemas dentales.
Siguiente con el ensayo y error
llegaron a una conclusión, la conclusión fue la de informar al ciudadano de qué
podía ocurrir, y de cómo debían lavarse los dientes. Esta educación que comienza en los colegios
sigue con los odontólogos en las clínicas que son los verdaderos educadores de
la higiene dental.
*7 pecados capitales:
•
Apatía y desinterés
•
Condescendencia, autosuficiencia
•
Frialdad, distancia
•
Robotización
•
Libros de reglas
•
Transferir los problemas a los agujeros negros
•
Quitarse de encima los problemas
Peligros:
Los peligros del odontólogo vienen del
propio odontólogo, de su comportamiento.
El parecer sin ser, es decir, el
odontólogo, aunque tenga una alta formación puede llegar a ser un profesional
incompetente ya que puede creer que puede hacer todo, sin embargo, esto no es
posible ya que, un buen profesional debe aprender todos los días. Tiene dos
fuentes para nutrirse, tanto de sus pacientes como de sus colegas de profesión.
El juicio frívolo es otro de los
fallos que puede tener el profesional. Al igual que en el anterior párrafo, la
educación para mejorar profesionalmente cada día es esencial para que este
juicio frívolo se convierta en un juicio fundamentado.
Estrategias:
La crisis ha inducido en los
profesionales un comportamiento erróneo y que puede acabar con sus clínicas. Se
les dice que hay que recortar y que hay que racionar. Sin embargo esto es un
error, recortar evita que la clínica avance y crezca. Esto afecta tanto a la
clínica como hemos explicado ya, como la evolución del profesional.
Recortar, según la RAE, significa “cortar o cercenar lo que sobra de algo”. En una
clínica no podemos cortar ni cercenar lo que sobra, sino convertir eso que
sobra en algo productivo, es decir, reformar.
Reformar, según la RAE,
significa “modificar algo, por lo general
con la intención de mejorarlo”. Esta definición nos ayuda a comprender por
completo el concepto de reformar. No podemos eliminar nuestras posibilidades de
mejorar la clínica sólo por motivos económicos sino también hay que medir otras
variables que, con toda seguridad, nos ayudarán a optimizar los recursos que tenemos
en la clínica. Debemos aprovechar todas las herramientas que tenemos a nuestro
alcance y optimizarlas.
Mientras que el concepto
racionar conlleva, según la RAE a “someter
algo en caso de escasez a una distribución ordenada” el concepto racionalizar nos lleva a “organizar la producción o el trabajo de
manera que aumente los rendimientos o reduzca los costos con el mínimo
esfuerzo”
Esto nos conduce, al igual
que el apartado anterior, a optimizar nuestros recursos sin tener que
deshacernos de ello. Aprovechar nuestros recursos es crucial y lo que nos
diferenciará de ser una clínica más a una clínica que avance y se pueda
convertir en referencia en tiempos de crisis.
*Costes del servicio vs
actividad:
·
Costes: Directos, indirectos, estructurales, de
oportunidad…..
·
Actividad: Productos intermedios, finales (consultas,
urgencias…), investigación, formación….
Retos:
Ante la alta competencia, el
profesional se ve obligado a reciclarse continuamente sobretodo en un entorno
en el cual los materiales, las técnicas y las herramientas usadas, están en
continua innovación. Por tanto, el profesional debe estar al día, actualizado,
es decir, saber más.
El siguiente concepto tiene
mucho que ver con los apartados anteriores. Ante la crisis, el gestor, el dueño
de la empresa, el jefe de compras, etc, se ha visto obligado a gestionar mejor
su clínica en el apartado económico. Es decir, debe gastar mejor, y esta
lección debe ser aprendida para la recuperación económica. Debemos aprender de
los errores del pasado y comprender que no podemos gastar fácilmente sino,
invertir en nuestra clínica de manera más eficiente y más eficaz.
En la carrera, al futuro
odontólogo no se le prepara para la gestión de una clínica, por lo tanto, debe
forzarse para aprender conceptos totalmente nuevos para él. Por ende, los
conceptos aquí mencionados son un reto para él.
Problemas:
Los problemas que vamos a
mencionar son tanto externos a la clínica como internos. Empero todos los
problemas pueden ser solucionados dentro de ella y convertirlo en una
fortaleza.
La escasez de educación
sanitaria como ya hemos explicado anteriormente, este punto es de vital
importancia. Se pensará que por ello se pierde pacientes, en absoluto, no se
pierden pacientes, se ganan pacientes. El paciente sale contento porque no ve
al odontólogo como un solucionador de problemas. Si no como a alguien que,
aparte de solucionarle un problema también le ve como alguien que se preocupa
realmente. Esto anima a los demás a ir a esta clínica por el trato que ha
recibido y a la educación que se le ha enseñado. El boca a boca del paciente
funciona mejor que otras técnicas de márketing. El mejor márketing, en un
odontólogo serio en su trabajador y “profesor” de sus pacientes.
Un componente que pasa
realmente desapercibido y que, es muy necesario en la actualidad es el
liderazgo. El liderazgo puede ser insuficiente si este no se conoce o no se
entrena.
Theodor Roosevelt, ex
presidente de EEUU dijo que “El mejor
ejecutivo es aquel que tiene el buen sentido de elegir buenos hombres para
hacer lo necesario y suficiente autocontrol para no estorbar cuando lo hacen”.
El liderazgo no es mandar a
los empleados, sino sacar de ellos lo mejor. Así, el trabajador estará motivado
y seguirá a su jefe, porque es el mismo trabajador el que ve que tanto el jefe
como la empresa tienen una dirección.
Esto es sumamente importante,
ya que un empleado desmotivado hace que la empresa no crezca, que se estanque,
y que repercute en el paciente porque él es quien lo notará y no volverá a ir
en próximas citas, cambiará de clínica y creará un boca a boca a la inversa, es
decir, los comentarios serán negativos.
El líder más completo es
aquel que también ha seguido a otras personas, porque sabe perfectamente cómo
se siente el empleado y qué necesidades tiene.
Sólon, estadista griego, dijo
que “aquel que ha aprendido a obedecer,
sabrá cómo dirigir”. Este hecho hay que recalcarlo ya que, nos damos cuenta
que el liderazgo no es algo inventado de la última década sino algo que lleva
en nuestra cultura más de 2000 años y a lo que deberíamos prestar más atención si
queremos que nuestra clínica salga adelante tanto en su funcionamiento como en
la gestión del paciente.
El último concepto del que
hablaremos en este punto es el de gasto, siendo esta definición entendida desde
un punto de vista negativo. Es evidente que existen gastos, luz, alquiler del
local, materiales, etc. Pero hay inversiones a las que llamamos gastos. Por
ejemplo, que nuestro personal de recepción se forme en atención al paciente
podemos verlo como un gasto si el dinero sale de la clínica, sin embargo, al
igual que la formación del odontólogo es primordial para la clínica, la
formación del personal auxiliar, del comercial, etc, también es esencial para
el buen funcionamiento de la clínica que se formen y especialicen. De esta
manera, tenemos un personal actualizado y generamos en nosotros la imagen de
líder de la que antes hablábamos.
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