Los cambios que se están produciendo hacen que la gestión
sanitaria esté en continuo cambio. Por tanto hay que estar “vigilantes y preparados”[1].
Anteriormente, el Jefe de Servicio era el que más sabía en todos los
aspectos, clínicos, quirúrgicos y administrativos. Esta es la figura que nos ha
llegado hasta nuestros días, no obstante, existen modificaciones. Los actuales
tienen características que podríamos denominar como transversales, es decir,
competencias en liderazgo, en docencia, en trabajo en equipo….
Este sería el itinerario curricular que debe tener un
buen jefe de servicio[2]
·
Sólida
formación clínica y quirúrgica, si preciso a nivel internacional.
·
Experto
comunicador: Presentaciones científicas. Docencia.
·
Experto
en relaciones humanas. De carácter abierto, amistoso, próximo a la promoción de
su entorno y colaboradores.
·
Motivado
y ejemplar. Liderazgo.
·
Conocedor
singularidades proyectos de investigación (laboratorio, experimental y clínica)
y métodos de evaluación.
·
Idiomas.
Capacidad de relación hospital, nacional e internacional.
·
Gestión.
Conocedor modelos gestión hospitalaria.
·
Dispuesto
a demostrar su preparación y buen hacer con análisis de resultados periódicos e
incluso aceptando o solicitando auditorías externas.
A parte de todo esto debe conocer el
verdadero significado de:
·
Dirigir.
·
Coordinar.
·
Evaluar.
·
Hacer
seguimientos.
·
Proponer.
Por el contrario, jefe de servicio no debe ser:
·
Un
representante de los demás.
·
El
mejor odontólogo.
·
Un
minigerente.
·
Un
infiltrado del jefe.
·
Un
superjefe de servicio.
·
Apaciguador.
·
Intérprete
de sensaciones.
·
Apagafuegos.
Existen una serie de retos que, olvidamos
en el día a día en la clínica, quizás los siguientes puntos sean obvios pero,
son muy necesarios recordarlos día a día:
•
Identificar lo fundamental.
•
Establecer estrategias viables.
•
Operativizar la estrategia.
•
Desarrollar/impulsar los procesos básicos.
•
Apoyarse en las personas y movilizarlas.
•
Desarrollar la cooperación.
•
Movilizar y conseguir recursos.
•
Gestión eficiente y transparente.
•
Aportar valor y resultados reconocibles.
•
Mantener legitimidad de dirección.
El gestor clínico tiene un camino diferente
al de los demás en la clínica, el tiene que preocuparse del funcionamiento de
la clínica y no sólo al tratamiento del paciente, aunque este, evidentemente es
muy importante. El gestor también tiene que garantizar una calidad en el
servicio. Debe ser capaz de soportar la evaluación coste/utilidad siendo el
juez del mismo. No puede negarse a la tecnología si esta va a tener importancia
en el funcionamiento de la clínica. Deben garantizar, también, la ética en la
utilización de recursos, siendo el líder moral junto con sus compañeros.
Por último, recordando que la economía
no es lo primordial en una clínica, el objetivo del gestor es utilizar los
recursos que tenemos con el mejor resultado.
[1] La figura del Jefe
Sanitario: ¿Qué perfil debe tener? Vela Navarrete R,
Bajo Arenas JM, Martínez Piñeiro JA, Baena González V, Miñana López B, Unda
Urzaiz M, Llorente Abarca C. pág 673 http://scielo.isciii.es/pdf/aue/v32n7/v32n7a01.pdf
[2] La figura del Jefe
Sanitario: ¿Qué perfil debe tener? Vela Navarrete R,
Bajo Arenas JM, Martínez Piñeiro JA, Baena González V, Miñana López B, Unda
Urzaiz M, Llorente Abarca C. pág 677 http://scielo.isciii.es/pdf/aue/v32n7/v32n7a01.pdf
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